26.3.10

Hay espejos que dan como reflejo una mirada categóricamente irreflexiva. ¿Somos un resquicio vergonzoso de un divino modelo? Dios, la manifestación más soberbia demanda semejanza, pero es solo viable en la acción, no nos esta permitida ni otorgada como naturaleza. ¿Acaso está privado el hombre de ser verdadero ante si mismo? ¿Qué nos determina a buscar lo “elevado” y a que nos referimos con ello? ¿No es acaso una necesidad de olvidar algo más real, algo desprovisto de un velo ilusorio, engañoso, paternalista? ¿Olvidar que cagamos, fornicamos, apestamos y morimos? Finalmente Dios no responde, no se comunica más que como juicio y ordenamiento, una profunda afección humana, en eso se ha reducido nuestra capacidad de observar la diversidad de la Naturaleza.

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