Contar-te, del te, del jardín y todo. Aun no entiendes y lo sé, pues no hablo d-(el)-adentro, ya no se como hacer eso. Nuestras tardes transcurren, se evaporan, solo quedan impresiones digitales, cintas, solo frases de polvo y la silla llena de pelos de gato y pelusa.
Háblame bajito, como si estuviera dormida, como cuando Roberto recuerda parís, a Messiaen, el clavecín y aquello que aún no se.
Los maestros se encuentran detrás de figuras inesperadas.
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